El encuentro psicosocial promovió estrategias de afrontamiento y redes de apoyo, transformando el lenguaje para empoderar a quienes transitan o acompañan estos procesos

“Toda persona tiene derecho a la protección de su salud, así como a recibir atención integral en condiciones de dignidad.” Con esta premisa, el Instituto Municipal de la Mujer de Girardot desarrolló este miércoles la conferencia “Abordaje psicosocial frente a la enfermedad oncológica”, dictada por Orlando Matute, psiquiatra, en el Instituto de la Mujer de Aragua, como parte del eje de Suprema Felicidad.

La actividad reunió a un nutrido grupo de participantes, entre ellas mujeres que han transitado procesos oncológicos o acompañan a familiares en esta experiencia. El encuentro abordó estrategias para afrontar el impacto emocional del diagnóstico, promover afirmaciones positivas y fomentar redes de apoyo comunitario y familiar durante el tratamiento y la recuperación.

Alix Bautista, directora del Instituto de la Mujer en la Gran Maracay y Choroní, destacó la importancia de readaptar el lenguaje y la vivencia de quienes enfrentan esta condición.  

“Estamos desmitificando la palabra cáncer (…) ahora no hablamos de sobrevivientes, sino de súper mujeres que han vencido y siguen venciendo. Esta conferencia reivindica el valor psicológico y humano de cada una.”

Por su parte, el doctor Matute enfatizó que el acompañamiento emocional debe ser parte esencial del abordaje clínico. “Promover la salud también implica escuchar, orientar y sostener emocionalmente. Cada paciente merece apoyo constante.”

TESTIMONIOS DE VIDA

Historias como las de Elizabeth Guillén y Amarilys Pacheco reflejaron el impacto transformador del encuentro. Ambas coincidieron en la necesidad de usar un lenguaje más humano, como “situación oncológica” o “condición de vida”, y valoraron el espacio como una oportunidad para sanar desde lo colectivo.

Este tipo de iniciativas refuerza el compromiso institucional con la salud integral de las mujeres, reconociendo que el bienestar emocional es un derecho, no un privilegio. Desde Girardot, se honra ese principio con acciones concretas que dignifican, empoderan y transforman.